Monday, June 9, 2014

Colosenses 1.21-23: Cristo nos ha reconciliado a Dios

El domingo pasado vimos en que Cristo es el Rey sobre la creación y el Rey sobre la nueva creación. Él es el Creador y el Redentor. El que formó las estrellas del universo y los colocó en su lugar es El mismo que permitió que sus manos fueran clavadas a un árbol para reconciliar lo corrupto a Dios. Mediante su sangre, Dios ha empezado una reconciliación de la creación, a fin de renovar todas las cosas. Todo de esto describe la maravillosa redención de Cristo en general. En versículo 21, Pablo demuestra a los colosenses como esta redención aplica a ellos en particular y como deben vivir en respuesta. Todo de esta parte aplica a nosotros también hoy.  
            El punto principal de Pablo en este pasaje es esto: Puesto que Cristo nos ha reconciliado a Dios a un costo incalculable, debemos mantenernos fieles en toda circunstancia al evangelio puro del apóstol Pablo.
1) Primero vamos a ver nuestra guerra contra Dios, 2) Segundo, nuestra reconciliación mediante la muerte de Cristo, 3) Tercero, nuestra fortaleza en que permanecemos. La guerra, la reconciliación, y la fortaleza.
Primero tenemos que escuchar y reconocer la mala noticia de este pasaje. Hermanos, lo más que reconozcamos la mala noticia sobre nosotros, lo más podremos regocijarnos en la buena noticia del evangelio. No puedes ver que tan brillante son las estrellas en la luz del día. Tienes que observarlas en el contexto de la oscuridad. Tampoco puedes ver que tan maravilloso es el evangelio hasta que lo veas en el contexto de la mala noticia. Y la mala noticia es que nosotros éramos enemigos de Dios. En otras palabras, desde nuestro nacimiento hemos luchado contra Dios en una guerra cósmica. Nosotros, aquí éramos sus enemigos. La Biblia enseña que no importa si creciste en una casa cristiana o en una pandilla, todos humanos nacen con la culpa imputada de Adán y Eva y consiga la corrupción total de su naturaleza. Adán era nuestro representante en el jardín. Pablo dice en Romanos 5:12, “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron.” Aunque es difícil para muchos entender, la verdad es que somos legalmente culpables del primer pecado porque Adán nos representaba.
También, como una gota de veneno contamina todo el vaso de agua, así solo un pecado contaminó toda parte de nuestro ser. Ahora todos los descendientes de Adán llevan el pecado  como una enfermedad interminable que afecta toda parte del humano. Contra la opinión del mundo, no existe “el bueno” a dentro de toda persona. Todo, todo, es corrupto y contaminado. Este no significa que toda persona actúa como un diablo, sino que toda facultad humana ha sido afectada con el pecado. En nuestro pasaje, Pablo se enfoca en la facultad más central del humano, nuestro “ánimo hostil.” “De ánimo hostil” es una buena traducción del sentido original, pero literalmente es que éramos “enemigos con respecto a la mente, o el corazón.” La mente aquí se refiere al modo de pensar y actuar, repito, el modo de pensar y actuar. Pablo nos recuerde aquí que esta contaminación se manifiesta claramente en las “malas obras.”
Giren a Col 3:5-10 para una lista de las malas obras. “La fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, en las cuales ustedes también anduvieron en otro tiempo cuando vivían en ellas. Pero ahora desechen también ustedes todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de su boca.” Bueno, es fácil entender que la fornicación y la impureza son malas obras, pero fíjense como Pablo aun incluye los malos deseos, la avaricia, el enojo, y el lenguaje grosero. Ninguno de nosotros es limpio e inocente con respecto a estas malas obras. En esta manera éramos enemigos de Dios. Pablo dice en Romanos 8 lo mismo. Romanos 8:6-8, “Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.” Aquí Pablo usa palabras para referirse a la +habilidad de escoger lo bueno. No es posible que el hombre natural escoja a Dios o Cristo porque su mente está totalmente de “animo hostil” contra Él. La única razón que algunos escogen a Dios es por causa del renacimiento del Espíritu Santo, por causa de un cambio de naturaleza.
Hermanos, hay que recordar que así también éramos nosotros. Cuando nuestros antepasados, Adán y Eva, escogieron a desobedecer la palabra de Dios su Creador en el jardín, una guerra cósmica contra Dios comenzó. Por esa razón, los exilió del jardín y su presencia. Rompimos la paz entre Dios y la humanidad. Desde aquel día trágico, todos han estado alejados de Dios. En vez de construir su reino en la tierra, todos intentan edificar su propio reino en la vida. Es una guerra fea. De hecho, es un motín contra el Rey del Universo.  ¿Y qué será el fin de esta vida en guerra contra Dios? Pues, como Dios prometió en el jardín, será la muerte eterna alejada de Dios. Los niños siempre se aconsejan unos a otros las palabras sabias, “métete con alguien de tu tamaño.” Amigos, nos hemos metido con Dios, y el castigo va a ser proporcional a la ofensa. La ira de Dios vendrá. El infierno está reservado para que Dios haga justicia por toda ofensa.
Hermanos en Cristo, les recuerdo del infierno, no para asustarlos, sino para hacernos recordad lo que era nuestro destino. Si no fuera por la gracia de Dios para reconciliarnos en Cristo, entraríamos en el infierno después de la muerte. No es popular hoy en día hablar del infierno, pero si no lo reconocemos no vamos a apreciar la rescata de Cristo. Éramos enemigos de Dios y Cristo nos rescató de nuestra naturaleza corrupta y el fin de la guerra contra Dios, el castigo del sufrimiento eterno. 
2) Bueno, con el cuadro ya está pintado bien oscuro, estamos más listos para escuchar la buenas noticias. Entonces, el segundo punto es que fuimos reconciliados a Dios mediante la muerte de su Hijo. La palabra “evangelio” proviene de la palabra en griego ευαγγελιον, que significa un mensaje de buenas noticias. Se usaba la palabra para anunciar la victoria de una guerra. Por ejemplo, después de asegurar la victoria en la batalla, enviarían un corredor a regresar al pueblo para anunciar la victoria diciendo, “¡Evangelio, evangelio!” Se usaba en el contexto de una guerra. A los que eran en la guerra contra Dios, Pablo anuncia “¡Evangelio, evangelio!” diciendo en versículo 22 “Sin embargo, ahora El los ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de El.”
            Anotamos primeramente que Pablo dice “sin embargo, ahora.” Hermanos, no merecemos la gracia de Dios. Al contrario, merecemos su ira justa. Pero Dios ha hecho algo, y ustedes aquí en Ontario California que están en Cristo Jesús por la fe, ahora no son los enemigos de Dios. Ahora, son hijos adoptados de Dios, adoptados por la sangre de su cruz. Como Pablo dijo en versículo 12-14, “Damos gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en luz. Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de los pecados.” Pero, esto no ocurrió sin costo. Alguien tenía que apaciguar la justicia de Dios contra el pecado. Por esta razón el Hijo eterno vino a morir en un cuerpo de carne para reconciliarnos. Otra vez, repito lo que dije el domingo pasado, Él es el único mediador capaz de redimirnos porque es “verdadero Dios y un verdadero hombre.” Era necesario que fuera verdadero hombre y verdadero Dios porque como confesamos en Heidelberg 14, “Dios no quiere castigar en otra criatura la culpa de la cual el hombre es responsable, y Segundo, porque una simple criatura es incapaz de soportar la ira eterna de Dios contra el pecado y liberar a otros de ella.”
            Este hecho está ilustrado en Apocalipsis 5. Giren ahí, lo quiero leer. Apocalipsis 5:1-11. Enfócate en el problema y la solución. El libro escrito con siete sellos significa figuradamente el cumplimiento de la historia humana. Y el llanto en voz alta de Juan indica que la resolución de la historia (es decir la derrota del mal, del pecado y de la muerte), depende de alguien digno de abrir el libro. Escuchen a la visión: “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que publicaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido. Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos. Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como sacrificado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantaban un cántico nuevo, diciendo:
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.”
Ojala que esta visión ilustre la grandeza de la reconciliación de Cristo. El gran León de Judá fue sacrificado como un cordero para reconciliarte a Dios. Si él no se hubiera ofrecido por ti, todavía estarías en tus pecados y un enemigo de Dios. Pero, mediante su muerte estamos reconciliados a Dios. ¡Ya tenemos paz con Dios! Si estas en Cristo, ya tienes paz con Dios. Si eres visitante hoy y no has confiado en Cristo, no tienes paz con Dios. Pero amigo, ahorita, Dios te ofrece su pacto de paz. Atreves de la predicación Pablo dice que es “como si Dios rogara por medio de nosotros: ‘En nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcilien con Dios!’” Hoy es el día de salvación, no te esperes más.
Además, esta reconciliación de Cristo tiene un propósito. Pablo dice, “a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él.” Las palabras “santos” y “sin mancha” son palabras cultas del tempo. La obra de Cristo nos presenta como ofrendas aceptables delante la presencia de Dios. La palabra “irreprensible” se usaba en el contexto del sistema judicial. Si alguien es “irreprensible, “significa que no ha cometido un delito. Entonces, con la justicia imputada de Cristo, nos presenta delante del Juez como perdonados, inocentes, y justos. Evangelio, buenas noticias. Pero antes que examinamos el último punto, tenemos entender que Cristo quiere prepararnos para ese día. Su obra de reconciliación ha cambiado nuestra naturaleza de muerte a viva. Si estas en Cristo, nueva criatura eres. Pablo dice que los Colosenses eran de ánimo hostil, en el pasado, porque ahora tienen nueva capacidad para vivir conforme a la voluntad de Dios. La brillante luz del evangelio debe guiarnos a caminar en la luz como Cristo caminó en la luz. Nuestra vida se debe manifestar el cambio de renovación, especialmente en el amor a Dios y a nuestro prójimo.

3) Ahora llegamos al último punto, la fortaleza en que permanecemos. Pablo dice exhorta a los Colosenses en 23 “si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.”
Es necesario que permanezcamos en Cristo para la salvación. Por supuesto “estamos convencidos precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” Pero, la preservación de Dios nos hace perseverar. Los que no permanecen hasta el fin demuestran que Dios no los preserva. Entonces, Pablo los exhorta a quedarse bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio suyo.
Todavía vivimos en el campo de la guerra. Hay muchísimos que todavía son enemigos de Dios. Ellos nos ofrecen todo tipo de creencia en contra el evangelio. Todo día enfrentamos con amenazas a nuestra fe. Por esta razón, es necesario estar bien seguros de lo que confesamos y por qué. Pablo explica que necesitamos permanecer en la fe, porque es una fe específica, una fe doctrinal. Tenemos que construir nuestra vida sobre las doctrinas bíblicas de la fe para permanecer. Y después de entrar la fortaleza de la fe en Cristo, tenemos que no movernos de la esperanza del evangelio. La palabra “cimentados “en griego es la misma que Jesús uso en su parábola en Mateo 7:24-27. El señor dijo, “Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.”
Hermanos, Cristo nos ha puesto sobre la roca del evangelio. No te muevas de la roca. Agárrate bien al evangelio puro. Hay mucha información del mundo que puedes evitar, pero tienes que poner muchísima atención a lo que crees acerca de Cristo.
Es importante acordarnos aquí, que no estamos agarrándonos a creencias antiguas simplemente para mantener una tradición. Más bien nos agarramos al evangelio porque se trata del Cristo viviente. Si no sabemos las creencias antiguas del evangelio que predicaba Pablo y toda la iglesia, no vamos a conocer al verdadero Cristo. Nosotros creemos que la fe reformada es versión más fiel al evangelio de Cristo y las escrituras. Si tú tienes dudas cuéntanos y juntos estudiaremos las escrituras para estar de acuerdo con el Espíritu Santo. Pero amigos, si estás de acuerdo con las doctrinas que confesamos aquí, te ruego que te comprometas a esta iglesia como miembro. Es muy peligroso intentar a vivir la vida cristiana desconectado de la iglesia. De verdad, es como construir tu vida sobre la arena.

Bueno, en conclusión, Pablo dice que el mismo evangelio que los Colosenses escucharon ya había sido predicado en toda la creación. Les dice esto para animarlos que son parte de algo muchísimo más grande que sus circunstancias. La expresión “toda la creación” es una exageración, pero el hecho que Pablo había llevado el evangelio a Roma la capital del imperio, significaba que el evangelio ya había tenido un efecto enorme en el mundo. Es fácil perder la vista de lo que Dios ha hecho en la historia del mundo y escondernos en nuestras circunstancias.  Este texto nos recuerda de los eventos más importantes de toda la historia humana. Nos recuerda de la guerra contra Dios que comenzó con el pecado de Adán. Nos recuerda de la muerte de Cristo para reconciliarnos a Dios. Y nos recuerda de nuestras responsabilidades delante de Dios, especialmente acerca el mantenimiento de la verdadera fe. Ahora, pues no somos enemigos, entonces como hijos suyos oremos a nuestro Padre. “Padre, gracias por tu palabra que anuncia el evangelio de la paz. Oramos en el nombre de Cristo, el Príncipe de Paz. Amen”

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