El domingo
pasado vimos en que Cristo es el Rey sobre la creación y el Rey sobre la nueva
creación. Él es el Creador y el Redentor. El que formó las estrellas del
universo y los colocó en su lugar es El mismo que permitió que sus manos fueran
clavadas a un árbol para reconciliar lo corrupto a Dios. Mediante su sangre,
Dios ha empezado una reconciliación de la creación, a fin de renovar todas las
cosas. Todo de esto describe la maravillosa redención de Cristo en general. En
versículo 21, Pablo demuestra a los colosenses como esta redención aplica a ellos
en particular y como deben vivir en respuesta. Todo de esta parte aplica a
nosotros también hoy.
El punto principal de Pablo en este pasaje es esto: Puesto
que Cristo nos ha reconciliado a Dios a un costo incalculable, debemos mantenernos
fieles en toda circunstancia al evangelio puro del apóstol Pablo.
1) Primero vamos a ver nuestra
guerra contra Dios, 2) Segundo, nuestra reconciliación mediante la
muerte de Cristo, 3) Tercero, nuestra fortaleza en que permanecemos. La
guerra, la reconciliación, y la fortaleza.
Primero
tenemos que escuchar y reconocer la mala noticia de este pasaje. Hermanos, lo
más que reconozcamos la mala noticia sobre nosotros, lo más podremos
regocijarnos en la buena noticia del evangelio. No puedes ver que tan brillante
son las estrellas en la luz del día. Tienes que observarlas en el contexto de
la oscuridad. Tampoco puedes ver que tan maravilloso es el evangelio hasta que
lo veas en el contexto de la mala noticia. Y la mala noticia es que nosotros éramos
enemigos de Dios. En otras palabras, desde nuestro nacimiento hemos luchado
contra Dios en una guerra cósmica. Nosotros, aquí éramos sus enemigos. La
Biblia enseña que no importa si creciste en una casa cristiana o en una
pandilla, todos humanos nacen con la culpa imputada de Adán y Eva y consiga
la corrupción total de su naturaleza. Adán era nuestro representante en el
jardín. Pablo dice en Romanos 5:12, “Por tanto, tal como el pecado entró
en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se
extendió a todos los hombres, porque todos pecaron.” Aunque es difícil para
muchos entender, la verdad es que somos legalmente culpables del primer pecado
porque Adán nos representaba.
También, como
una gota de veneno contamina todo el vaso de agua, así solo un pecado contaminó
toda parte de nuestro ser. Ahora todos los descendientes de Adán llevan el
pecado como una enfermedad interminable
que afecta toda parte del humano. Contra la opinión del mundo, no existe “el
bueno” a dentro de toda persona. Todo, todo, es corrupto y contaminado. Este no
significa que toda persona actúa como un diablo, sino que toda facultad humana
ha sido afectada con el pecado. En nuestro pasaje, Pablo se enfoca en la
facultad más central del humano, nuestro “ánimo hostil.” “De ánimo
hostil” es una buena traducción del sentido original, pero literalmente es que
éramos “enemigos con respecto a la mente, o el corazón.” La mente aquí
se refiere al modo de pensar y actuar, repito, el modo de pensar y actuar.
Pablo nos recuerde aquí que esta contaminación se manifiesta claramente en las “malas
obras.”
Giren a Col
3:5-10 para una lista de las malas obras. “La fornicación, la impureza, las
pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues
la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas
cosas, en las cuales ustedes también anduvieron en otro tiempo cuando vivían en
ellas. Pero ahora desechen también ustedes todas estas cosas: ira, enojo,
malicia, maledicencia, lenguaje soez de su boca.” Bueno, es fácil entender que
la fornicación y la impureza son malas obras, pero fíjense como Pablo aun
incluye los malos deseos, la avaricia, el enojo, y el lenguaje grosero. Ninguno
de nosotros es limpio e inocente con respecto a estas malas obras. En esta
manera éramos enemigos de Dios. Pablo dice en Romanos 8 lo mismo. Romanos
8:6-8, “Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en
el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de
Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede
hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.” Aquí
Pablo usa palabras para referirse a la +habilidad de escoger lo bueno. No es
posible que el hombre natural escoja a Dios o Cristo porque su mente está
totalmente de “animo hostil” contra Él. La única razón que algunos escogen a
Dios es por causa del renacimiento del Espíritu Santo, por causa de un cambio
de naturaleza.
Hermanos, hay
que recordar que así también éramos nosotros. Cuando nuestros antepasados, Adán
y Eva, escogieron a desobedecer la palabra de Dios su Creador en el jardín, una
guerra cósmica contra Dios comenzó. Por esa razón, los exilió del jardín y su
presencia. Rompimos la paz entre Dios y la humanidad. Desde aquel día trágico,
todos han estado alejados de Dios. En vez de construir su reino en la tierra,
todos intentan edificar su propio reino en la vida. Es una guerra fea. De
hecho, es un motín contra el Rey del Universo. ¿Y qué será el fin de esta vida en guerra
contra Dios? Pues, como Dios prometió en el jardín, será la muerte eterna
alejada de Dios. Los niños siempre se aconsejan unos a otros las palabras
sabias, “métete con alguien de tu tamaño.” Amigos, nos hemos metido con Dios, y
el castigo va a ser proporcional a la ofensa. La ira de Dios vendrá. El
infierno está reservado para que Dios haga justicia por toda ofensa.
Hermanos en
Cristo, les recuerdo del infierno, no para asustarlos, sino para hacernos recordad
lo que era nuestro destino. Si no fuera por la gracia de Dios para
reconciliarnos en Cristo, entraríamos en el infierno después de la muerte. No
es popular hoy en día hablar del infierno, pero si no lo reconocemos no vamos a
apreciar la rescata de Cristo. Éramos enemigos de Dios y Cristo nos rescató de
nuestra naturaleza corrupta y el fin de la guerra contra Dios, el castigo del
sufrimiento eterno.
2) Bueno, con el cuadro ya
está pintado bien oscuro, estamos más listos para escuchar la buenas noticias. Entonces,
el segundo punto es que fuimos reconciliados a Dios mediante la muerte de su
Hijo. La palabra “evangelio” proviene de la palabra en griego ευαγγελιον,
que significa un mensaje de buenas noticias. Se usaba la palabra para anunciar
la victoria de una guerra. Por ejemplo, después de asegurar la victoria en la
batalla, enviarían un corredor a regresar al pueblo para anunciar la victoria
diciendo, “¡Evangelio, evangelio!” Se usaba en el contexto de una guerra. A los
que eran en la guerra contra Dios, Pablo anuncia “¡Evangelio, evangelio!”
diciendo en versículo 22 “Sin embargo, ahora El los ha reconciliado en su
cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e
irreprensibles delante de El.”
Anotamos primeramente que Pablo dice “sin embargo,
ahora.” Hermanos, no merecemos la gracia de Dios. Al contrario, merecemos su
ira justa. Pero Dios ha hecho algo, y ustedes aquí en Ontario California que
están en Cristo Jesús por la fe, ahora no son los enemigos de Dios. Ahora, son
hijos adoptados de Dios, adoptados por la sangre de su cruz. Como Pablo dijo en
versículo 12-14, “Damos gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir
la herencia de los santos en luz. Él nos libró del dominio de la oscuridad y
nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón
de los pecados.” Pero, esto no ocurrió sin costo. Alguien tenía que apaciguar
la justicia de Dios contra el pecado. Por esta razón el Hijo eterno vino a
morir en un cuerpo de carne para reconciliarnos. Otra vez, repito lo que dije
el domingo pasado, Él es el único mediador capaz de redimirnos porque es
“verdadero Dios y un verdadero hombre.” Era necesario que fuera verdadero
hombre y verdadero Dios porque como confesamos en Heidelberg 14, “Dios no
quiere castigar en otra criatura la culpa de la cual el hombre es responsable,
y Segundo, porque una simple criatura es incapaz de soportar la ira eterna de
Dios contra el pecado y liberar a otros de ella.”
Este hecho está ilustrado en Apocalipsis 5. Giren ahí, lo
quiero leer. Apocalipsis 5:1-11. Enfócate en el problema y la solución. El
libro escrito con siete sellos significa figuradamente el cumplimiento de la
historia humana. Y el llanto en voz alta de Juan indica que la resolución de la
historia (es decir la derrota del mal, del pecado y de la muerte), depende de
alguien digno de abrir el libro. Escuchen a la visión: “Y vi en la mano derecha
del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera,
sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que publicaba a gran voz:
¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el
cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su
contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de
abrir el libro ni de mirar su contenido. Entonces uno de los ancianos me dijo: No
llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para
abrir el libro y sus siete sellos. Miré, y vi entre el trono (con los
cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como sacrificado,
que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios
enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que
estaba sentado en el trono. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y
los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un
arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y
cantaban un cántico nuevo, diciendo:
Digno eres de
tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste sacrificado, y con tu
sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y
los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la
tierra.”
Ojala que
esta visión ilustre la grandeza de la reconciliación de Cristo. El gran León de
Judá fue sacrificado como un cordero para reconciliarte a Dios. Si él no se
hubiera ofrecido por ti, todavía estarías en tus pecados y un enemigo de Dios. Pero,
mediante su muerte estamos reconciliados a Dios. ¡Ya tenemos paz con Dios! Si
estas en Cristo, ya tienes paz con Dios. Si eres visitante hoy y no has
confiado en Cristo, no tienes paz con Dios. Pero amigo, ahorita, Dios te ofrece
su pacto de paz. Atreves de la predicación Pablo dice que es “como si Dios
rogara por medio de nosotros: ‘En nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcilien
con Dios!’” Hoy es el día de salvación, no te esperes más.
Además, esta
reconciliación de Cristo tiene un propósito. Pablo dice, “a fin de presentaros
santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él.” Las palabras “santos” y
“sin mancha” son palabras cultas del tempo. La obra de Cristo nos presenta como
ofrendas aceptables delante la presencia de Dios. La palabra “irreprensible” se
usaba en el contexto del sistema judicial. Si alguien es “irreprensible,
“significa que no ha cometido un delito. Entonces, con la justicia imputada de
Cristo, nos presenta delante del Juez como perdonados, inocentes, y justos. Evangelio,
buenas noticias. Pero antes que examinamos el último punto, tenemos entender
que Cristo quiere prepararnos para ese día. Su obra de reconciliación ha
cambiado nuestra naturaleza de muerte a viva. Si estas en Cristo, nueva
criatura eres. Pablo dice que los Colosenses eran de ánimo hostil, en el
pasado, porque ahora tienen nueva capacidad para vivir conforme a la
voluntad de Dios. La brillante luz del evangelio debe guiarnos a caminar en la
luz como Cristo caminó en la luz. Nuestra vida se debe manifestar el cambio de
renovación, especialmente en el amor a Dios y a nuestro prójimo.
3) Ahora llegamos al último
punto, la fortaleza en que permanecemos. Pablo dice exhorta a los
Colosenses en 23 “si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y
constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue
proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho
ministro.”
Es necesario que permanezcamos
en Cristo para la salvación. Por supuesto “estamos convencidos precisamente de
esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el
día de Cristo Jesús.” Pero, la preservación de Dios nos hace perseverar. Los
que no permanecen hasta el fin demuestran que Dios no los preserva. Entonces,
Pablo los exhorta a quedarse bien cimentados y constantes, sin moverse de la
esperanza del evangelio suyo.
Todavía vivimos en el campo de
la guerra. Hay muchísimos que todavía son enemigos de Dios. Ellos nos ofrecen
todo tipo de creencia en contra el evangelio. Todo día enfrentamos con amenazas
a nuestra fe. Por esta razón, es necesario estar bien seguros de lo que
confesamos y por qué. Pablo explica que necesitamos permanecer en la fe,
porque es una fe específica, una fe doctrinal. Tenemos que construir nuestra
vida sobre las doctrinas bíblicas de la fe para permanecer. Y después de entrar
la fortaleza de la fe en Cristo, tenemos que no movernos de la esperanza del
evangelio. La palabra “cimentados “en griego es la misma que Jesús uso en su
parábola en Mateo 7:24-27. El señor dijo, “Por tanto, todo el que me oye estas
palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su
casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los
vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba
cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las
pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la
arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y
azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.”
Hermanos, Cristo nos ha puesto
sobre la roca del evangelio. No te muevas de la roca. Agárrate bien al
evangelio puro. Hay mucha información del mundo que puedes evitar, pero tienes
que poner muchísima atención a lo que crees acerca de Cristo.
Es importante
acordarnos aquí, que no estamos agarrándonos a creencias antiguas simplemente
para mantener una tradición. Más bien nos agarramos al evangelio porque se trata
del Cristo viviente. Si no sabemos las creencias antiguas del evangelio que
predicaba Pablo y toda la iglesia, no vamos a conocer al verdadero Cristo. Nosotros
creemos que la fe reformada es versión más fiel al evangelio de Cristo y las escrituras.
Si tú tienes dudas cuéntanos y juntos estudiaremos las escrituras para estar de
acuerdo con el Espíritu Santo. Pero amigos, si estás de acuerdo con las
doctrinas que confesamos aquí, te ruego que te comprometas a esta iglesia como
miembro. Es muy peligroso intentar a vivir la vida cristiana desconectado de la
iglesia. De verdad, es como construir tu vida sobre la arena.
Bueno, en conclusión, Pablo
dice que el mismo evangelio que los Colosenses escucharon ya había sido
predicado en toda la creación. Les dice esto para animarlos que son parte de
algo muchísimo más grande que sus circunstancias. La expresión “toda la
creación” es una exageración, pero el hecho que Pablo había llevado el
evangelio a Roma la capital del imperio, significaba que el evangelio ya había
tenido un efecto enorme en el mundo. Es fácil perder la vista de lo que Dios ha
hecho en la historia del mundo y escondernos en nuestras circunstancias. Este texto nos recuerda de los eventos más
importantes de toda la historia humana. Nos recuerda de la guerra contra Dios
que comenzó con el pecado de Adán. Nos recuerda de la muerte de Cristo para
reconciliarnos a Dios. Y nos recuerda de nuestras responsabilidades delante de
Dios, especialmente acerca el mantenimiento de la verdadera fe. Ahora, pues no
somos enemigos, entonces como hijos suyos oremos a nuestro Padre. “Padre,
gracias por tu palabra que anuncia el evangelio de la paz. Oramos en el nombre
de Cristo, el Príncipe de Paz. Amen”
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