Tuesday, July 15, 2014

Colosenses 2:16-23 "Agarrando solo a Cristo"

¿Una vez has tenido la experiencia de jugar con niños según sus reglas? Durante el juego, ellos se convierten a los árbitros para introducir nuevas reglas. Por ejemplo, si estás jugando escondidas, inventan muchas reglas para que no ganes tú. Los niños casi siempre ganan en los juegos debido a sus reglas añadidas. No dejan que ganemos nosotros. Pues, el hecho que ellos ganan en esta manera no nos importa porque son niños. Pero, que hace la gente cuando un árbitro hace una mala decisión en la copa mundial robando la ganancia de su selección. Por ejemplo en el partido de México y Holanda, el árbitro dio un penal a Holanda según lo que muchos dicen fue una mala decisión de una supuesta falta. ¿Y cómo reaccionaron los futbolistas mexicanos? Se enojaron, porque las circunstancias son mucho más importantes que un juego con niños. La selección mexicana había entrenado por años para alcanzar al premio de la copa mundial y se sintieron robados de su premio por una decisión mala del árbitro.
            Hermanos, hay circunstancias sumamente más importante que la copa mundial, nuestra justificación delante de Dios. De hecho, la pregunta sobre tu justificación delante Dios hace que la copa mundial, los premios Oscar, los Olímpicos, y cualquier otra competencia se vea como un juego entre niños. Tu estado delante de Dios es sumamente más importante.
            Cuando Pablo escribe esta carta a los creyentes de Colosas, los profetas falsos estaban molestándolos con reglas añadidas a la fe cristiana con el efecto de darles miedo y quitarles la confianza de su premio en Cristo, su justificación. Con el premio de la justificación de un pecador delante Dios, reglas añadidas al evangelio no son tiernas como las reglas de niños. En estas circunstancias es un peligro. Estoy hablando de juegos y árbitros porque la frase “defraudar de su premio” en versículo 18 es la traducción de un verbo que se usaba en aquel tiempo para referirse a una mala decisión de un árbitro para descalificar a un jugador y robar su premio.

Pablo entra el partido para proteger a los cristianos porque quiere que andemos en la confianza de nuestra victoria en Cristo sin miedo del juicio de Dios. Quiere que tengamos la seguridad de nuestra salvación y quiere que sepamos que nuestra unión con Cristo es suficiente para luchar contra los apetitos de la carne. Entonces, el asunto máximo de este pasaje es esto: Según nuestro bautismo en la muerte y resurrección de Cristo, tenemos que agarrarnos a Cristo con confianza y seguridad de nuestra salvación hasta el crecimiento espiritual.
Pablo nos da tres razones por las que debemos tener esta mentalidad 1) Porque el cuerpo de la sombra del antiguo testamento pertenece a Él, 2) Porque Cristo es la Cabeza viviente de la iglesia, y 3) Porque hemos muerto con Cristo a los principios elementales del mundo.
            Primero, Pablo dice en versículo 16-17 Pablo dice que las reglas sobre la comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o los días de reposo, son solo sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo. ¿Qué significa Pablo aquí? Estoy de acuerdo con el escolar G.K. Beale que dice “estas reglas se refieren a un mal entendimiento del significado y aplicación del antiguo testamento para la edad nueva empezada por Cristo. Parece ser una doctrina Judía equivocada que se enfocaba en la ley en vez de Cristo quien es el compendio de revelación divina.” En otras palabras, la lista de reglas en versículo 16 se refiere a algunas reglas del antiguo testamento que no eran permanentes sino existían con el propósito de apuntar a Cristo que iba a venir.
            Para ilustrar esto, Pablo usa la ilustración de sombras de un cuerpo. Imagina que estas al borde de una pared y ves la sombra de una persona proyectada sobre el piso enfrente de ti. Pero, debido a la pared no puedes ver el cuerpo de la persona, solo su sombra. Puedes adivinar como se ve por examinar la sombra pero no sabes exactamente como se ve de verdad. No tienes una perspectiva buena. Bueno, esta era la perspectiva de los judíos del antiguo testamento.
Dios les había dado sombras de Cristo el cuerpo, pero no tenían una perspectiva muy buena para entender todo acerca de Él. Pablo dice que ahora tenemos la vista clara del cuerpo que pertenece a Cristo, entonces es absurdo volver a las sombras. Es tan tonto como pedir un bistec del menú en una restaurante y cuando el mesero te trae el bistec lo rechazas y dices, “No gracias, estoy a gusto con la foto del menú. ¿Cuánto me cuesta?” Es absurdo rechazar la sustancia para volver a la imagen.
Los profetas falsos ofrecían las sombras a los colosenses y Pablo dice, “No pagues por el menú cuando tienes el bistec.” Pero, ¿cuáles sombras del antiguo testamento?” Aquí es muy importante que no tiremos todo del antiguo testamento al lado. Pablo no dice eso. Sino, menciona reglas específicas del pacto que Dios hizo con Israel al monte de Sinaí, reglas “con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o los días de reposo.” Esta lista es muy común en el antiguo testamento, se encuentra en Crónicas, Nehemías, Isaías, Ezequiel, Oseas, y otra literatura judía. Por ejemplo primero Crónicas capítulo 23 habla del oficio levítico que eran los sacerdotes de Israel. Manda los levíticos en 1 Crónicas 23:30-31 “Y han de estar presentes cada mañana para dar gracias y para alabar al Señor, y asimismo por la noche, y para ofrecer todos los holocaustos al Señor todos los días de reposo, las lunas nuevas y las fiestas señaladas según el numero fijado por la ordenanza que las prescribe, continuamente delante del Señor.” Entonces, en Colosenses Pablo se refiere principalmente a las reglas ceremoniales de la ley de Moisés que ordenaba el culto de Israel dirigido por el tribu de Levi. Estas reglas eran mandatarias para los creyentes antes de la venida de Cristo.
Pero todas aquellas reglas ceremoniales apuntaban a Cristo, quien es nuestro sumo sacerdote que ofreció el sumo sacrificio una vez para siempre, con su propia sangre. Y presento su sangre en el sumo templo celestial. Y debido a su obra, ahora en El tenemos acceso al reposo eterno donde vamos a festejar eternamente con el pueblo de Dios. El autor de Hebreos dice lo mismo en Hebreos 10:1,
“Pues ya que la ley solo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer perfectos a los que se acercan.”
Cristo es el cuerpo o sea la sustancia de las sombras de la ley de Moisés. Toda la Biblia se trata y se enfoca en Cristo. Aquellas reglas apoyaban a los judíos a ver a Cristo de distancia larga, pero ahora que tenemos a Cristo son obsoleto. Ya vimos, por ejemplo, como la circuncisión era la señal del pacto de gracia para Israel pero también apuntaba a la cruz de Cristo, su muerte cuando fue cortado con la ira de Dios. Si alguien insiste en la continuación de esas reglas es una equivocación muy grande porque es confiar en sus propias obras en vez de Cristo.
Hay tres aplicaciones aquí. Primero esto nos ayuda manejar la interpretación de las reglas en los libros del antiguo testamento como Levíticas. No son para ahora. Todavía debemos leer los libros y aprender de ellos, pero las reglas específicas del templo, de los sacrificios, y de comida y bebida, no son para nosotros hoy en día. Tenían el propósito de apuntar a Cristo y su reino que iban de venir. El beneficio que cosechamos de esas reglas ahora es examinar la belleza de como la palabra de Dios siempre se trata de Cristo. Pero no estamos obligados a seguirlas. La segunda aplicación es que necesitamos entender que lo que apenas he mencionado no aplica a los diez mandamientos de la ley de Dios. Es decir, los diez mandamientos son para nosotros la voluntad de Dios. Y la tercera aplicación es que si estamos en Cristo, nadie puede acusarnos de lo que Cristo ha cumplido y sumido. Él ha logrado nuestra justificación delante Dios en su muerte y resurrección.
Ok, ya hemos visto que el cuerpo de las sombras del antiguo testamento pertenece a Cristo. Pero Pablo quiere que sepamos otra razón por la que debemos agarrarnos a Cristo. La segunda razón es esta, Cristo es la cabeza viviente de la iglesia.
Pablo no rechaza la idea de que necesitamos crecer en nuestra obediencia a Dios según los diez mandamientos. Solo nos guía a donde se encuentran el valor y el poder suficiente para el crecimiento que es de Dios. Empezando con versículo 19 dice que los profetas falsos se equivocan porque no se agarran a la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por las coyunturas y ligamentos, crece con un crecimiento que es de Dios.” Por decir la Cabeza, se refiere a Cristo otra vez según lo que ya ha dicho en capítulo 1 versículo 18. Pablo declara que la única fuente para el crecimiento verdadero proviene de unión con Cristo, el cuerpo unido con la Cabeza. Si vas a crecer o mejorarte en la vida cristiana, no solo lo puedes hacer a través de unión con Cristo. La nutrición espiritual es de Él y de nadie más.
Los profetas falsos negaban esto por insistir en otras actividades y prácticas religiosas. Es evidente en versículos 18 a 23 que decían que sus prácticas, rituales, y experiencias, llevaban el poder y el valor necesario para crecer en la vida cristiana. Fíjense en la respuesta de Pablo de versículo 23, “Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en una religión humana, en la humillación de sí mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne.” Es decir, cosas como “la humillación de sí mismo” (que significa el maltrato del cuerpo), “las visiones milagrosas,” las reglas añadidas que dicen, “no manipules, no gustes, y no toques,” no llevan en sí mismo el poder de santificar y purificarnos. El crecimiento cristiano no es mágico. No podemos cantar una frase vez tras vez y esperar que crezcamos como si fuera un hechizo o encanto. Tampoco no podemos ganar la batalla espiritual contra nuestra naturaleza pecaminosa por lastimar a nuestros cuerpos. La palabra de Dios dice que esas prácticas no ayudan en nada.   
Lo triste es que hoy en Día hay muchísimos creyentes que todavía piensan así. Esperan que un viaje andado sobre sus rodillas hacia una reliquia y un lugar santo puede ayudarles en la vida espiritual. Otros ayunan por un mes, pensando que el acto en sí mismo puede afectar un cambio en su vida o ganar el favor de Dios. Pero así no es.
Pablo va a decir en los primeros versículos del capítulo que siguen que nuestra resurrección espiritual a través de unión con Cristo es la única manera que podemos avanzar contra el pecado. Hay que estar juntado a la Cabeza viviente, y el poder de su resurrección, para vivir la vida Cristiana. Y la manera que estemos más unido con Él es reunirse con su cuerpo, la iglesia, para escuchar de su palabra con fe, observar los bautismos con fe, y tomar la santa cena con fe. Estas prácticas son las más importantes porque fueron instituidos por nuestro Señor Jesucristo. Si una iglesia verdadera practica esas cosas y la disciplina, ahí se encuentra el crecimiento que es de Dios. Pero esas prácticas tampoco no funcionan como la magia; hay que tener fe cuando escuchas la palabra y tomas la santa cena. Y estas prácticas son potentes con la fe porque nos hacen unir más con Cristo, quien es la Cabeza viviente de la iglesia.
Ahora, alcanzamos a la última razón por la que debemos agárranos a Cristo, y es muy breve. Hay que evitar los preceptos y enseñanzas de hombres porque hemos muerto con Cristo a los principios elementales del mundo. Esto es muy debatido, pero creo que la frase “los principios elementales del mundo” significa que las sombras del antiguo testamento y los preceptos de hombres están asociados con la primera creación del mundo. Ahora, en Cristo, tenemos nueva vida según la nueva creación que empezó con su resurrección de entre los muertos. Entonces, ya no pertenecemos a la antigua creación y la condenación de la ley consiga. Ahora, pertenecemos a Cristo y la nueva creación. Entonces, Pablo dice que volver a una religión que intenta ganar el favor de Dios por obras propias es como someterse a la antigua creación, es absurdo. También, es contradictorio para un cristiano porque ya hemos muerto con El a la antigua creación. Tenemos nueva vida que va a durar hasta la eternidad, hay que vivir como los que están contentos que Cristo ha cumplido con nuestra salvación. Hay que vivir con la confianza de su victoria. Otra vez, hay que vivir nuestro bautismo que significa hemos muerto con El y también hemos resucitado con El.  
En conclusión, Según nuestro bautismo en la muerte y resurrección de Cristo, tenemos que agarrarnos a Cristo con confianza y seguridad de nuestra salvación hasta el crecimiento espiritual. En este texto Pablo nos da tres razones por las que debemos tener esta mentalidad 1) Porque el cuerpo de las sombras del antiguo testamento pertenece a Él, 2) Porque Cristo es la Cabeza viviente de la iglesia, y 3) Porque hemos muerto con Cristo a los principios elementales del mundo.

            Hermanos, no jueguen con alguien que se convertiría a tu arbitro para robar la seguridad de tu salvación con sus reglas añadidas. Tengan confianza en Cristo, y viven su bautismo con el poder de la resurrección de Cristo. 

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