¿Qué te
define? ¿A qué perteneces? ¿Cómo te presentas a gente nueva? Probablemente empiezas
con tu nombre, tu familia, tu trabajo, y luego mencionas el país en que
naciste, o si eres un fanático de los deportes dices cual equipo apoyas. De
todos modos, esta información es sobre tu identidad, o sea quien eres. Dios
te pregunta ahora a través de este texto, ¿Quién eres tú?
A Dios, no le
importa el país en que naciste o cual equipo apoyas. Según la biblia, solo existen
dos identidades decisivas. El primer hombre Adán y su caída o Cristo y su victoria. ¿A quién perteneces tú? Todo
hombre nace en unión con Adán, tomando su culpa y la naturaleza pecaminosa. Si
permanecemos en Adán, solo nos esperan la muerte y la condenación de Dios por
el pecado. Pero, Dios ha enviado a su Hijo para ser un nuevo representante,
Cristo Jesús. Y Cristo logró por su obediencia y sacrificio por sus creyentes,
lo que Adán fracasó de lograr. Ahora, solo entramos la unión con Cristo
mediante la fe que Dios provee. ¿Entonces en cual estas, en Adán o en Cristo? ¿Quién
te representa? Esta pregunta sobre tu identidad, es la que importa eternamente.
Cuando morimos solo importa esto, si estas en Cristo o no. En este pasaje, Pablo
habla de la identidad renovada de cristianos en Cristo. Por esta razón, Pablo
menciona la frase “en Cristo” 7 veces en este pasaje como taquigrafía de la
unión con Cristo.
Pero, porque
Pablo menciona su unión con Cristo aquí en el corazón de su carta. Pues, entre
la cultura de aquel entonces que distraía a los colosenses con creencias
engañosas, Pablo intenta a protegerlos y fortalecerlos por recordarles de su
nueva identidad en Cristo. Para que permanezcan en la fe con confianza y victoria,
Pablo les recuerda de su identidad en Cristo. Les hace acordar del evento más importante
de la historia humana, la muerte y la resurrección de Jesucristo, y como aquel
evento incluyó a ellos, con el efecto de cambiar su identidad en total. Este
hecho era muy importante para los colosenses a entender y para nosotros también.
¿Por qué es importante?
Pues, es
fácil olvidar todo lo que Dios ha hecho para nosotros. A veces solo puedes ver
el pecado a dentro de tu corazón y dudas el amor de Dios para alguien como tú. En
esos momentos estamos débiles contra el ataque del diablo y sus acusaciones. Empezamos
a pensar que necesitamos limpiarnos y mejorarnos para restaurar nuestra
relación con Dios. Con miedo del juicio divino significado por “el documento de
deuda que consiste en decretos contra nosotros y que nos era adverso”,
regresamos a nuestras propias esfuerzas y obras delante Dios. Pero, así nos
equivocamos. Este texto, nos demuestra que la vida cristiana no es un reto de convertirse
en lo que no eres, sino la lucha cristiana se expresa en la frase, “Conviértete
en quien eres, conviértete en quien ya eres en Cristo.” Esto es un gran principio
de la vida cristiana.
Nuestra identidad renovada en Cristo debe
darnos confianza en la lucha de la fe. Mediante la fe en Cristo ya tenemos
una identidad renovada y un estatus de “justificados” delante Dios, cuya
realización completa vamos a experimentar en el regreso de Cristo. Además, Pablo
explica que nuestro bautismo de agua significa esta unión con Cristo en su
muerte y su resurrección para darnos confianza y animo en la lucha. En este
sentido, los reformados decían que la búsqueda de la santificación es vivir su
bautismo. Santificación es vivir su bautismo. Por ejemplo, Martin Lutero dice
en su catecismo: "La vida cristiana no es más que un bautismo diario, una
vez iniciado y continuando para siempre. Porque es necesario mantener a la
misma sin cesar, siempre matando todo que pertenece al viejo Adán en nosotros,
así que todo lo que pertenece a la nueva criatura en Cristo puede crecer
adelante.” Hay que pensar más en nuestro bautismo en la lucha de la fe.
Por lo tanto,
el gran asunto de este pasaje es que nosotros bautizados en Cristo debemos
andar en confianza y victoria porque nuestro bautismo significa que estamos unidos
a El que provee todo lo necesario para nuestra salvación. Repito, nosotros
bautizados en Cristo debemos andar en confianza y victoria porque estamos unidos
a El que provee todo lo necesario para nuestra salvación, y esta realidad es
declarada y sellada en nuestro bautismo.
Para entender
este pasaje, hay que acordarnos de las enseñanzas falsas que amenazaban los
cristianos en Colosas. Era una mezcla de enseñanzas judías y griegas que
ofrecía “la plenitud” espiritual afuera de Cristo. Probablemente insistían que
sus creencias tenían el propósito de defenderse de los demonios o los esfuerzos
mágicos y también de apoyar a alcanzar a un nivel espiritual más alto que los
demás. Versículo 8 revela que Pablo está preocupado por los colosenses, que
nadie los haga cautivos por estas creencias. Como un buen pastor, está cuidando
a su rebaño para que ningún ladrón robe uno de sus corderos. El hecho que menciona
“la circuncisión” en este pasaje y luego “los días de reposo” y “los ángeles,”
indica que los profetas falsos juzgaban y asustaban a los colosenses con aspectos
de la ley de Moisés y tradiciones judías y no según Cristo. Vamos a
examinar esto con más detalle el próximo domingo, solo sepan ahora que en medio
de la condenación y del miedo provocado por estos profetas falsos, Pablo
tenía la meta de darles confianza en su fe por recordarles de su nueva
identidad en Cristo.
(Aquí es
importante ver que una prueba de enseñanzas es si es según Cristo. Debemos
evaluar toda enseñanza con esta pregunta, ¿Esta acuerdo con Cristo y su
evangelio? Si no es según Cristo, corre lejos de ahí.) Hermanos, el ministerio de Pablo es el ejemplo
de alguien con enseñanza según Cristo. Aquí, se enfoca en la identidad de
Cristo y su muerte y su resurrección de Cristo para darles confianza que “han
sido hechos completos en El, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad,”
como dice en versículo 10. El argumento es que cristianos, debido a Cristo,
tienen una nueva identidad de victoria sobre los esfuerzos de la maldad y no
están debajo la condenación de la ley de Dios. También, si estamos en Cristo,
tenemos todo poder necesario para avanzar en nuestro crecimiento espiritual porque
en El “toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente.”
Piensa en eso
por un minuto. Toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Jesucristo.
El ser espiritual, único y simple, al que llamamos Dios: eterno, incomprensible,
invisible, inmutable, infinito, todopoderoso, perfectamente sabio, justo, bueno
y fuente superabundante de todos los bienes, reside corporalmente en
Jesucristo. Por decir “reside” significa que Cristo es Dios de Dios. Nosotros
recibimos la presencia del Espíritu Santo, pero “la plenitud de la Deidad” solo
se puede decir de Cristo, quien se hizo Dios en carne para salvar a nosotros. Y
Pablo explica que con nuestra unión con Él nos ha llenado con todo necesario; “hemos
sido hechos completos en El.” Tengan confianza hermanos.
¿Pero, como
los asegura de esta nueva identidad que pertenece a todo cristiano? Bueno, Pablo
se enfoca otra vez en Cristo… su muerte y su resurrección, y como esos eventos históricos
pertenecen a nosotros por causa de nuestra unión con Cristo. Es decir, mediante
el Espíritu Santo, hemos sido hechos participantes de la muerte y la resurrección
de Cristo hasta la vida eterna. Dice en versículo 11, “en El también fueron
circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de
la carne mediante la circuncisión de Cristo.” ¿Que significa “la circuncisión de
Cristo”? Hay que hacer una pausa aquí.
Recuerden que
“la circuncisión hecha por manos” era la señal del pacto de gracia que Dios hizo
con Abraham y sus descendientes, prometiéndoles, “Haré de ustedes mi pueblo; y
yo seré su Dios.” Para confirmar su promesa de gracia a Abraham y sus
descendientes, le dio la señal de la circuncisión hecha por manos. La señal
visible de cortar el piel del niño o hombre, significaba al recipiente dos promesas
como un arma de doble filo: 1) primero que ahora perteneces a Dios en su pacto
y tienen más acceso a los beneficios de su gracia redentora 2) y segundo que si
no respondes con fe a las promesas del pacto, Dios va a cortarte de su pacto.
Entonces comunicaba bendiciones principalmente, pero también llevaba una
advertencia.
Hermanos, cuando Pablo dice
“la circuncisión de Cristo,” esto significa que Cristo recibió la maldición de desobediencia
en total. En su muerte crucifixión, fue cortado en condenación totalmente para
redimirnos del castigo que merecíamos nosotros.
Y Pablo dice que el Espíritu Santo ha aplicado su muerte
en nosotros con una “circuncisión no hecha por manos, (es decir una
circuncisión del corazón hecho por de Dios), al quitar el cuerpo de carne.”
Si estas en Cristo, cuando piensas de la cruz, debes imaginar tu naturaleza corrupta,
tu viejo hombre en Adán, ahí clavado a la madera con Cristo muriendo. Cristo ha
terminado el poder del pecado en nuestra vida por su muerte. Ya no somos esclavos
del pecado para obedecer todo lo que manda. En Cristo hermanos, fueron
circuncidados.
Y para
confirmar esto Pablo apunta al bautismo de agua en el siguiente versículo. Dice,
“habiendo ido sepultados con El en el bautismo” Este pasaje demuestra
claramente la continuidad entre la circuncisión y el bautismo. Los dos son
señales del pacto de gracia. Después de la muerte de Cristo, el bautismo ha
reemplazado la circuncisión como la señal y sella del pacto de gracia durante
esta temporada. Es decir, si fuiste bautizado y has hecho una confesión de tu
fe, tu bautismo debe darte la confianza que estas unido a Cristo, que tus
pecados están lavados y que tus delitos están ya perdonados. Sobre todo que te
marca, tu bautismo es sumamente importante.
Supongo que
no te despiertas en la mañana pensando, “yo soy bautizado en Cristo.” Pero, así debemos pensar hermanos. Nuestro
bautismo de agua nos identifica con Cristo y todo lo que ha hecho,
especialmente la victoria ganada por su muerte y su resurrección. Esta es la
marca de nuestra identidad, la etiqueta de Dios sobre nosotros. Durante la
tentación, o si consideres todos tus delitos y pecados, hay que acordarte que
estas en Cristo Jesús. Nuestro catecismo nos recuerda que, “Dios nos ha dado el
bautismo como una palabra visible para sernos declarada mejor y sellada por
ella la promesa del evangelio; a saber, que la remisión de los pecados y la
vida eterna, por aquel único sacrificio de Cristo cumplido en la cruz, se nos
da de gracia no solamente a todos creyentes en general, sino también a ti en
particular.”
Es una
lástima que menospreciamos nuestro bautismo por no pensar mucho en ello. No
utilizamos la señal que Dios nos dio para confirmar nuestra fe. Es como
intentar a manejar sin utilizar las señales de la calle. Tu bautismo es
importante para Dios y por lo tanto debe ser importante para nosotros. Nosotros
somos los bautizados en Cristo, tengamos confianza en El.
Ahora, siguiendo
con versículo 12 Pablo explica que el bautismo es una mejor señal del evangelio
porque también significa nuestra resurrección con El. Dice, “Habiendo sido
sepultados con El en el bautismo, en el cual también han resucitado con él por
la fe en la acción del poder de Dios, que le resucito de entre los muertos.”
Por decir que hemos resucitado con Cristo, no significa que ya tenemos un
cuerpo y alma como suyos después de su resurrección de entre los muertos. Más
bien, significa que el mismo poder y energía que Dios usó para resucitar a su
Hijo de la tumba, ya está trabajando en nosotros creyentes poderosamente. Versículo
13 indica que esta nueva vida empezó en nosotros cuando éramos muertos en
nuestros delitos. Es decir, no teníamos parte en este principio de vida en
nosotros. No fue nuestra decisión. Estábamos como Lázaro bien muerto en su tumba
cuando Jesús gritó con fuerte voz, “¡Lázaro, ven fuera!” También contigo, si
crees en Cristo a través de la predicación de la palabra el Espíritu de Jesús gritó
con fuerte voz, ¡Cristiano, ven fuera! Y en esta manera ya experimentamos el
poder de la vida eternal mediante unión con el quien dijo, “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá.”
La última parte
de este pasaje, versículos 14-15, se trata del hecho que hay una batalla cósmica
entre “los poderes y autoridades”, que se refiere a Satán y los ángeles caídos,
y ente Dios. Pablo no rechaza la existencia de ellos, sino anuncia la victoria
de Cristo sobre ellos. Cuando Pablo dice que Dios despojó a ellos, significa
que los desarmó del arma que nos asusta más que todo. ¿Sabe que es? No es la
tentación. Es la habilidad de acusarnos.
Cristo vino a
este mundo para pagar la deuda que debemos nosotros a Dios. Nos endeudamos a
Dios con nuestros delitos. Mientras alguien se queda en Adán, Satán tiene toda
habilidad de acusarnos como el acusador delante el Juez. Pero, si estas en
Cristo, bautizado en su muerte y su resurrección, ninguno puede acusarte
delante Dios. Dios ha cancelado completamente el documento legal de tu deuda
por clavar tus pecados con Cristo en la cruz.
Si estas en Cristo por fe, Dios no dejará que
ni uno de tus pecados este mencionado el día de tu juicio. Ya estas justificado
en Cristo por la pura gracia de
Para concluir quiero mencionarles como el reformado
Martin Lutero aplicaba esta doctrina del triunfo en su vida diario. Lutero a
menudo hablaba de cómo el diablo vendría a él y susurrarle al oído, acusándolo
de toda clase de pecado sucio: "Martin, eres un mentiroso, codicioso,
lujurioso, un blasfemo, un hipócrita. No se puede estar delante de Dios.” Fíjense
en la manera que Lutero le respondía: "Bueno, sí, lo soy. Y, en efecto,
Satanás, tú no sabes ni la mitad. He hecho mucho peor que eso y si quieres
darme tu lista completa, puedo sin duda añadir a la misma y ayudar a que sea
más completa. Pero ¿sabes qué? Mi Salvador murió por todos mis pecados, esos
que mencionas, los que yo podría añadir y, de hecho, los he cometido pero soy
tan malvado que no soy consciente de haberlos hecho. Eso no cambia el hecho de
que Cristo ha muerto por todos ellos; su sangre es suficiente; y en el Día del
Juicio seré exonerado porque él ha tomado todos mis pecados sobre sí mismo y yo
vestido con su propia justicia perfecta”.
Hermanos, así deben andar adelante en la victoria de
Cristo con confianza y poder. Hay que pensar de tu bautismo más y vivirlo por matar
lo que pertenece a tu naturaleza pecaminosa y crecer en la vida nueva. Esta es
tu identidad: Bautizado en Cristo. Tengan confianza y victoria en Cristo.
Pero si estas con nosotros ahora y nunca fuiste
bautizado, todavía estas identificado con el primer Adán y te espera el
bautismo de la ira de Dios. Júntate con el Rey triunfante antes que viene en su
juicio. Hoy es el día de salvación, por favor habla conmigo o alguien aquí
acerca tu relación con el Señor. No esperes más.
No comments:
Post a Comment