Tuesday, July 15, 2014

Colosenses 2:6-15 “Bautizados en Cristo”

¿Qué te define? ¿A qué perteneces? ¿Cómo te presentas a gente nueva? Probablemente empiezas con tu nombre, tu familia, tu trabajo, y luego mencionas el país en que naciste, o si eres un fanático de los deportes dices cual equipo apoyas. De todos modos, esta información es sobre tu identidad, o sea quien eres. Dios te pregunta ahora a través de este texto, ¿Quién eres tú?
A Dios, no le importa el país en que naciste o cual equipo apoyas. Según la biblia, solo existen dos identidades decisivas. El primer hombre Adán y su caída o  Cristo y su victoria. ¿A quién perteneces tú? Todo hombre nace en unión con Adán, tomando su culpa y la naturaleza pecaminosa. Si permanecemos en Adán, solo nos esperan la muerte y la condenación de Dios por el pecado. Pero, Dios ha enviado a su Hijo para ser un nuevo representante, Cristo Jesús. Y Cristo logró por su obediencia y sacrificio por sus creyentes, lo que Adán fracasó de lograr. Ahora, solo entramos la unión con Cristo mediante la fe que Dios provee. ¿Entonces en cual estas, en Adán o en Cristo? ¿Quién te representa? Esta pregunta sobre tu identidad, es la que importa eternamente. Cuando morimos solo importa esto, si estas en Cristo o no. En este pasaje, Pablo habla de la identidad renovada de cristianos en Cristo. Por esta razón, Pablo menciona la frase “en Cristo” 7 veces en este pasaje como taquigrafía de la unión con Cristo.
Pero, porque Pablo menciona su unión con Cristo aquí en el corazón de su carta. Pues, entre la cultura de aquel entonces que distraía a los colosenses con creencias engañosas, Pablo intenta a protegerlos y fortalecerlos por recordarles de su nueva identidad en Cristo. Para que permanezcan en la fe con confianza y victoria, Pablo les recuerda de su identidad en Cristo. Les hace acordar del evento más importante de la historia humana, la muerte y la resurrección de Jesucristo, y como aquel evento incluyó a ellos, con el efecto de cambiar su identidad en total. Este hecho era muy importante para los colosenses a entender y para nosotros también. ¿Por qué es importante?
Pues, es fácil olvidar todo lo que Dios ha hecho para nosotros. A veces solo puedes ver el pecado a dentro de tu corazón y dudas el amor de Dios para alguien como tú. En esos momentos estamos débiles contra el ataque del diablo y sus acusaciones. Empezamos a pensar que necesitamos limpiarnos y mejorarnos para restaurar nuestra relación con Dios. Con miedo del juicio divino significado por “el documento de deuda que consiste en decretos contra nosotros y que nos era adverso”, regresamos a nuestras propias esfuerzas y obras delante Dios. Pero, así nos equivocamos. Este texto, nos demuestra que la vida cristiana no es un reto de convertirse en lo que no eres, sino la lucha cristiana se expresa en la frase, “Conviértete en quien eres, conviértete en quien ya eres en Cristo.” Esto es un gran principio de la vida cristiana.
 Nuestra identidad renovada en Cristo debe darnos confianza en la lucha de la fe. Mediante la fe en Cristo ya tenemos una identidad renovada y un estatus de “justificados” delante Dios, cuya realización completa vamos a experimentar en el regreso de Cristo. Además, Pablo explica que nuestro bautismo de agua significa esta unión con Cristo en su muerte y su resurrección para darnos confianza y animo en la lucha. En este sentido, los reformados decían que la búsqueda de la santificación es vivir su bautismo. Santificación es vivir su bautismo. Por ejemplo, Martin Lutero dice en su catecismo: "La vida cristiana no es más que un bautismo diario, una vez iniciado y continuando para siempre. Porque es necesario mantener a la misma sin cesar, siempre matando todo que pertenece al viejo Adán en nosotros, así que todo lo que pertenece a la nueva criatura en Cristo puede crecer adelante.” Hay que pensar más en nuestro bautismo en la lucha de la fe.
Por lo tanto, el gran asunto de este pasaje es que nosotros bautizados en Cristo debemos andar en confianza y victoria porque nuestro bautismo significa que estamos unidos a El que provee todo lo necesario para nuestra salvación. Repito, nosotros bautizados en Cristo debemos andar en confianza y victoria porque estamos unidos a El que provee todo lo necesario para nuestra salvación, y esta realidad es declarada y sellada en nuestro bautismo.
Para entender este pasaje, hay que acordarnos de las enseñanzas falsas que amenazaban los cristianos en Colosas. Era una mezcla de enseñanzas judías y griegas que ofrecía “la plenitud” espiritual afuera de Cristo. Probablemente insistían que sus creencias tenían el propósito de defenderse de los demonios o los esfuerzos mágicos y también de apoyar a alcanzar a un nivel espiritual más alto que los demás. Versículo 8 revela que Pablo está preocupado por los colosenses, que nadie los haga cautivos por estas creencias. Como un buen pastor, está cuidando a su rebaño para que ningún ladrón robe uno de sus corderos. El hecho que menciona “la circuncisión” en este pasaje y luego “los días de reposo” y “los ángeles,” indica que los profetas falsos juzgaban y asustaban a los colosenses con aspectos de la ley de Moisés y tradiciones judías y no según Cristo. Vamos a examinar esto con más detalle el próximo domingo, solo sepan ahora que en medio de la condenación y del miedo provocado por estos profetas falsos, Pablo tenía la meta de darles confianza en su fe por recordarles de su nueva identidad en Cristo.  
(Aquí es importante ver que una prueba de enseñanzas es si es según Cristo. Debemos evaluar toda enseñanza con esta pregunta, ¿Esta acuerdo con Cristo y su evangelio? Si no es según Cristo, corre lejos de ahí.)  Hermanos, el ministerio de Pablo es el ejemplo de alguien con enseñanza según Cristo. Aquí, se enfoca en la identidad de Cristo y su muerte y su resurrección de Cristo para darles confianza que “han sido hechos completos en El, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad,” como dice en versículo 10. El argumento es que cristianos, debido a Cristo, tienen una nueva identidad de victoria sobre los esfuerzos de la maldad y no están debajo la condenación de la ley de Dios. También, si estamos en Cristo, tenemos todo poder necesario para avanzar en nuestro crecimiento espiritual porque en El “toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente.”
Piensa en eso por un minuto. Toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Jesucristo. El ser espiritual, único y simple, al que llamamos Dios: eterno, incomprensible, invisible, inmutable, infinito, todopoderoso, perfectamente sabio, justo, bueno y fuente superabundante de todos los bienes, reside corporalmente en Jesucristo. Por decir “reside” significa que Cristo es Dios de Dios. Nosotros recibimos la presencia del Espíritu Santo, pero “la plenitud de la Deidad” solo se puede decir de Cristo, quien se hizo Dios en carne para salvar a nosotros. Y Pablo explica que con nuestra unión con Él nos ha llenado con todo necesario; “hemos sido hechos completos en El.” Tengan confianza hermanos.
¿Pero, como los asegura de esta nueva identidad que pertenece a todo cristiano? Bueno, Pablo se enfoca otra vez en Cristo… su muerte y su resurrección, y como esos eventos históricos pertenecen a nosotros por causa de nuestra unión con Cristo. Es decir, mediante el Espíritu Santo, hemos sido hechos participantes de la muerte y la resurrección de Cristo hasta la vida eterna. Dice en versículo 11, “en El también fueron circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo.” ¿Que significa “la circuncisión de Cristo”? Hay que hacer una pausa aquí.
Recuerden que “la circuncisión hecha por manos” era la señal del pacto de gracia que Dios hizo con Abraham y sus descendientes, prometiéndoles, “Haré de ustedes mi pueblo; y yo seré su Dios.” Para confirmar su promesa de gracia a Abraham y sus descendientes, le dio la señal de la circuncisión hecha por manos. La señal visible de cortar el piel del niño o hombre, significaba al recipiente dos promesas como un arma de doble filo: 1) primero que ahora perteneces a Dios en su pacto y tienen más acceso a los beneficios de su gracia redentora 2) y segundo que si no respondes con fe a las promesas del pacto, Dios va a cortarte de su pacto. Entonces comunicaba bendiciones principalmente, pero también llevaba una advertencia.
Hermanos, cuando Pablo dice “la circuncisión de Cristo,” esto significa que Cristo recibió la maldición de desobediencia en total. En su muerte crucifixión, fue cortado en condenación totalmente para redimirnos del castigo que merecíamos nosotros.
            Y Pablo dice que el Espíritu Santo ha aplicado su muerte en nosotros con una “circuncisión no hecha por manos, (es decir una circuncisión del corazón hecho por de Dios), al quitar el cuerpo de carne.” Si estas en Cristo, cuando piensas de la cruz, debes imaginar tu naturaleza corrupta, tu viejo hombre en Adán, ahí clavado a la madera con Cristo muriendo. Cristo ha terminado el poder del pecado en nuestra vida por su muerte. Ya no somos esclavos del pecado para obedecer todo lo que manda. En Cristo hermanos, fueron circuncidados.
Y para confirmar esto Pablo apunta al bautismo de agua en el siguiente versículo. Dice, “habiendo ido sepultados con El en el bautismo” Este pasaje demuestra claramente la continuidad entre la circuncisión y el bautismo. Los dos son señales del pacto de gracia. Después de la muerte de Cristo, el bautismo ha reemplazado la circuncisión como la señal y sella del pacto de gracia durante esta temporada. Es decir, si fuiste bautizado y has hecho una confesión de tu fe, tu bautismo debe darte la confianza que estas unido a Cristo, que tus pecados están lavados y que tus delitos están ya perdonados. Sobre todo que te marca, tu bautismo es sumamente importante.
Supongo que no te despiertas en la mañana pensando, “yo soy bautizado en Cristo.”  Pero, así debemos pensar hermanos. Nuestro bautismo de agua nos identifica con Cristo y todo lo que ha hecho, especialmente la victoria ganada por su muerte y su resurrección. Esta es la marca de nuestra identidad, la etiqueta de Dios sobre nosotros. Durante la tentación, o si consideres todos tus delitos y pecados, hay que acordarte que estas en Cristo Jesús. Nuestro catecismo nos recuerda que, “Dios nos ha dado el bautismo como una palabra visible para sernos declarada mejor y sellada por ella la promesa del evangelio; a saber, que la remisión de los pecados y la vida eterna, por aquel único sacrificio de Cristo cumplido en la cruz, se nos da de gracia no solamente a todos creyentes en general, sino también a ti en particular.”
Es una lástima que menospreciamos nuestro bautismo por no pensar mucho en ello. No utilizamos la señal que Dios nos dio para confirmar nuestra fe. Es como intentar a manejar sin utilizar las señales de la calle. Tu bautismo es importante para Dios y por lo tanto debe ser importante para nosotros. Nosotros somos los bautizados en Cristo, tengamos confianza en El.
Ahora, siguiendo con versículo 12 Pablo explica que el bautismo es una mejor señal del evangelio porque también significa nuestra resurrección con El. Dice, “Habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual también han resucitado con él por la fe en la acción del poder de Dios, que le resucito de entre los muertos.” Por decir que hemos resucitado con Cristo, no significa que ya tenemos un cuerpo y alma como suyos después de su resurrección de entre los muertos. Más bien, significa que el mismo poder y energía que Dios usó para resucitar a su Hijo de la tumba, ya está trabajando en nosotros creyentes poderosamente. Versículo 13 indica que esta nueva vida empezó en nosotros cuando éramos muertos en nuestros delitos. Es decir, no teníamos parte en este principio de vida en nosotros. No fue nuestra decisión. Estábamos como Lázaro bien muerto en su tumba cuando Jesús gritó con fuerte voz, “¡Lázaro, ven fuera!” También contigo, si crees en Cristo a través de la predicación de la palabra el Espíritu de Jesús gritó con fuerte voz, ¡Cristiano, ven fuera! Y en esta manera ya experimentamos el poder de la vida eternal mediante unión con el quien dijo, “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá.”
La última parte de este pasaje, versículos 14-15, se trata del hecho que hay una batalla cósmica entre “los poderes y autoridades”, que se refiere a Satán y los ángeles caídos, y ente Dios. Pablo no rechaza la existencia de ellos, sino anuncia la victoria de Cristo sobre ellos. Cuando Pablo dice que Dios despojó a ellos, significa que los desarmó del arma que nos asusta más que todo. ¿Sabe que es? No es la tentación. Es la habilidad de acusarnos.  
Cristo vino a este mundo para pagar la deuda que debemos nosotros a Dios. Nos endeudamos a Dios con nuestros delitos. Mientras alguien se queda en Adán, Satán tiene toda habilidad de acusarnos como el acusador delante el Juez. Pero, si estas en Cristo, bautizado en su muerte y su resurrección, ninguno puede acusarte delante Dios. Dios ha cancelado completamente el documento legal de tu deuda por clavar tus pecados con Cristo en la cruz.
 Si estas en Cristo por fe, Dios no dejará que ni uno de tus pecados este mencionado el día de tu juicio. Ya estas justificado en Cristo por la pura gracia de
            Para concluir quiero mencionarles como el reformado Martin Lutero aplicaba esta doctrina del triunfo en su vida diario. Lutero a menudo hablaba de cómo el diablo vendría a él y susurrarle al oído, acusándolo de toda clase de pecado sucio: "Martin, eres un mentiroso, codicioso, lujurioso, un blasfemo, un hipócrita. No se puede estar delante de Dios.” Fíjense en la manera que Lutero le respondía: "Bueno, sí, lo soy. Y, en efecto, Satanás, tú no sabes ni la mitad. He hecho mucho peor que eso y si quieres darme tu lista completa, puedo sin duda añadir a la misma y ayudar a que sea más completa. Pero ¿sabes qué? Mi Salvador murió por todos mis pecados, esos que mencionas, los que yo podría añadir y, de hecho, los he cometido pero soy tan malvado que no soy consciente de haberlos hecho. Eso no cambia el hecho de que Cristo ha muerto por todos ellos; su sangre es suficiente; y en el Día del Juicio seré exonerado porque él ha tomado todos mis pecados sobre sí mismo y yo vestido con su propia justicia perfecta”.
            Hermanos, así deben andar adelante en la victoria de Cristo con confianza y poder. Hay que pensar de tu bautismo más y vivirlo por matar lo que pertenece a tu naturaleza pecaminosa y crecer en la vida nueva. Esta es tu identidad: Bautizado en Cristo. Tengan confianza y victoria en Cristo.
            Pero si estas con nosotros ahora y nunca fuiste bautizado, todavía estas identificado con el primer Adán y te espera el bautismo de la ira de Dios. Júntate con el Rey triunfante antes que viene en su juicio. Hoy es el día de salvación, por favor habla conmigo o alguien aquí acerca tu relación con el Señor. No esperes más.


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